7 consejos para el uso adecuado de las gafas
1- No son una diadema: a veces sirven para ello y muchas son las que las utilizan como instrumento para mantener el cabello alejado del rostro, pero no lo son. Las gafas son un instrumento de cuidado de la salud visual y, si están en contacto con el pelo, se corre el riesgo de estropearse con los residuos del pelo o el cuero cabelludo.
2- Tampoco son un broche: aunque sea cómo colgarlas del escote de la camisa o camiseta, su sitio adecuado es en el rostro o, si no se están utilizando, en su funda. Esto prevendrá de riesgos innecesarios.
3- No son cubiertos: no deben colocarse encima de la mesa de un restaurante al ir a comer. El protocolo lo impide, pero, mucho más importante, corren peligro de ser robadas o romperse.
4- ¿Estrellarías tu mirada contra el suelo? Como no parece que se pueda desear tal cosa, se deben tomar medidas para evitar que se rompan las lentes. Por ello, se deben apoyar siempre hacia arriba sobre las varillas, nunca al revés.
5- No son una piruleta: por mucho que haya situaciones de tensión que obliguen a ello, lo ideal es evitar el gesto irracional de morder las varillas. No lo hagas, ellas no lo harían.
6- ¿Complejo de Mary Poppins? Siempre deben estar protegidas para garantizar su duración. No deben guardarse en sitios inadecuados o tiradas por el bolso junto a los demás accesorios que van dentro. Podrían rayarse, romperse…
7- Las gafas no son mullidas, pero sí son muy frágiles. Si se dejan en sitios poco apropiados, como sillones, tendrán muchas posibilidades de acabar aplastadas y, por lo tanto, rotas.